Echar a una empleada durante un tratamiento de fertilidad es tan discriminatorio como si estuviera embarazada, según un tribunal de Barcelona.
Aunque el Estatuto de los Trabajadores no deja dudas sobre la protección de una mujer embarazada ante un despido improcedente, bien es cierto que la normativa no dice nada de cómo actuar cuando simplemente se está intentando.
Por este motivo, este tribunal considera el despido nulo por discriminación por sexo. Además, ha condenado a la empresa al abono de una indemnización por daños morales de 25.000 euros, importe muy elevado en comparación con los pronunciamientos habituales. Ver la noticia completa
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