El hijo no tendrá que volver a pisar la cárcel por haber ayudado a morir a su madre, según los magistrados que le han juzgado, llevó a cabo un acto de piedad al colaborar en su suicidio

La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza le ha impuesto finalmente una condena de dos años de cárcel, frente a los nueve que pedía la Fiscalía, al aplicarle una atenuante de confesión por haber llamado a la Policía para confesar los hechos y, por otro lado, concluir que el parentesco que los unía no puede ser considerado una circunstancia agravante sino al contrario: “es precisamente el sentimiento de cariño y respeto a la persona unida por la relación parental, y no el desprecio hacia ella, lo que llevó al procesado a causar la muerte de su madre, muerte encaminada a cumplir la voluntad de aquella para acabar con su sufrimiento y ejecutada casi ‘como un acto de amor”, señala la sentencia. Ver la noticia completa

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