Fijar una cuantía indemnizatoria por daños morales supone todo un reto para los jueces que deben pronunciarse ante una amplia variedad de casos sobre perjuicios por bienes o servicios defectuosos.

¿Qué precio tiene perder días de vacaciones por un retraso injustificado en un vuelo?, ¿se puede compensar el sobresalto de encontrar un ratón muerto en un envase de frutos secos?, ¿cómo se cuantifica el dolor por la muerte de un familiar en un accidente de coche en el que no saltó el airbag?

El sobresalto, la frustración, el descrédito, la intranquilidad, el desgarro, el desasosiego, la tensión o la amargura son todos ellos sentimientos que pueden sufrir las personas que se ven afectadas por bienes o servicios defectuosos. Pero, ¿cómo se calcula el precio a pagar por este tipo de trastornos ocasionados?  Ver la noticia completa

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